domingo, 11 de octubre de 2009

Trabajo Social, fundamentos teóricos de la Acción Social.


La metodología en Trabajo Social es un aspecto a saber muy importante, pues nos da el sustento teórico de la óptica con la cual queremos observar e intervenir y transformar la realidad social que nos toca vivir, es la base epistemológica de nuestros fundamentos, la guía encargada de la visión y concepción de mundo que tenemos y en la cual nos enfocaremos para mirar la realidad contextual dando paso a los procedimientos y caminos que se constituirán como rutas en nuestro actuar profesional. Surge desde el cuestionamiento de cómo conocer, dando paso a una cuestión de índole ética, pues es la reflexión de conocer de cierta forma para llevar a la práctica la acción social, lo cual implica también la percepción que se tenga de la verdadera tarea del Trabajo Social, es decir, la perspectiva teórica o ideológica que se concibe a priori de la profesión determina la metodología bajo la cual se puede situar la investigación social a realizar. La autora Olga Vélez Restrepo nos acerca a una definición clara:


“La metodología es una dinámica relación entre acción y reflexión. La multiplicidad de relaciones lógicas que conforman una realidad social específica sólo puede ser comprendida con el apoyo de la teoría. El binomio teoría/metodología orienta el quehacer profesional validándolo, superando el nivel de lo empírico, adentrándose en la comprensión fundamental de lo real- evitando caer en la manipulación operativa de lo social, visualizando las múltiples vías de aproximación al mismo y estableciendo determinaciones esenciales, actividades y tareas.”[1]


En la historia del Trabajo Social podemos encontrar distintas concepciones metodológicas, puesto que están sujetas a la realidad social, cultural, económica e histórica de la realidad, vale decir, está condicionada por el contexto y los sujetos sociales. Estos procesos metodológicos que a continuación comprenderemos más detenidamente, nos hacen visualizar y poder estudiar las diferentes etapas de la profesión y los paradigmas bajo los cuales se ha acomodado.


Identificamos un primer momento: los orígenes del Trabajo Social, llamado en su contexto Servicio Social. En esta etapa, principios del S.XX, el enfoque era absolutamente asistencialista, la profesión se valía del voluntariado basado en sentimientos filantrópicos y de caridad, entiendo a las personas como pacientes, pues se toma el método científico para aplicarlo a las ciencias sociales y de esta manera se asemeja a la persona como un enfermo que necesita de un diagnóstico y un tratamiento para ser curado de su “enfermedad social”. Esta labor la cumplían las señoras de la alta sociedad, quienes más adelante ya cumplirían con la capacitación requerida para seguir cumpliendo la función.


Más adelante en los primeros intentos por profesionalizar la labor de las visitadoras sociales, se sustentaba epistemológicamente bajo el paradigma positivista. “un primer momento representado por un punto de vista teórico-ideológico sostenido en el liberalismo, con el énfasis puesto en el individualismo, en la competencia, en la ‘ayuda’ arbitraria y paternalista ante los problemas que aparecen como ‘defectos’ de las personas y no como efectos de la estructura, como la falta de ‘ajuste’ o poco ‘desarrollo de la personalidad frente a la sociedad establecida, la que permite la realización de cada uno de sus integrantes.”[2]


Luego podemos acercarnos al movimiento de Reconceptualización en los años ‘60-‘70, del cual se puede decir, que es la etapa más lúcida del Trabajo Social, pues fue allí donde verdaderamente se construyó una teoría que apuntaba a la transformación de la realidad social y ya no se limitaba a poner parches en las heridas de las personas, sino más bien buscaba la raíz de los problemas que aquejaban a la sociedad y los enmarcaban dentro de la estructura político-social de realidad Latinoamericana. Esto llegó hasta el punto de ser criticado por un sector reformista de trabajadores sociales que afirmaban que sólo había una propuesta metodológica en sus discursos, pero que, sin embargo, no la aplicaron en la práctica, y sólo teorizaban, es decir, afirmaban que era una visión academicista. Sin embargo el Trabajo social trascendió sus postulados reconceptualizadores a las bases de la sociedad y se tornó como práctica con ideología política de liberación, junto a la Teología de la Liberación que tuvo fuerza en Latinoamérica durante esas décadas y, además, con la propuesta de Educación Popular de Paulo Freire. “Esta perspectiva permitió a la profesión identificar los intereses de clase a los cuales presta su capacidad y plantear una transformación de su objeto y de sus objetivos: de agentes de caridad y de cambio se pasa a promover y colaborar con la lucha de clases, proponiéndose generar procesos de concientización, participación y organización popular tendientes al cambio de la estructura social.”[3]


Esta etapa de reconceptualización se configura bajo el paradigma Marxista que refuerza una metodología integradora. “Su desarrollo metodológico dice asentarse sobre categorías epistemológicas del materialismo dialéctico –totalidad, múltiples determinaciones, transformación- y en el uso de las leyes de la dialéctica.”[4]


Por último, hoy nos encontramos bajo una perspectiva de reconocimiento, de elaboración de fundamentos y de construcción en todo sentido, incluso se podría afirmar que con una tendencia fenomenológica y/o hermenéutica, es así como se está pensando el Trabajo Social, tratando de desligarse del pragmatismo de los dogmas históricos, y abriendo caminos para constituirse como una praxis liberadora de los pueblos.


Finalmente, ahora está en nuestras manos darle un giro a la historia y abrir camino dentro del paradigma constructivista que se deja entrever en la actualidad, porque en nuestro interior, en nuestras ideas y concepciones o cosmovisiones de la vida y del mundo podemos encontrar la guía para dar paso al quehacer transformador del Trabajo Social, donde cada profesional sea un verdadero motor y catalizador de cambios, ayudando en el proceso de empoderamiento de la sociedad, sin perder de vista a los movimientos sociales, los que se configuran como la materialización de las demandas, necesidades y preocupaciones de la comunidad, pues el Trabajo Social debe tener un compromiso ético y político que se traducirá en deber y responsabilidad para con las personas que (al igual que ellos) sufren las desigualdades e injusticias de este salvaje sistema político y económico; es así como en conjunto con ellos, y no por sobre ellos, apelando al autoconocimiento de cada sujeto social en su contexto, debemos complementarnos en los saberes y conocimientos para trabajar por una sociedad plena, solidaria, justa e igualitaria.



[1] Vélez Olga, Reconfigurando el Trabajo Social, perspectivas y tendencias contemporáneas, Editorial Espacio, Buenos Aires, 2003, 51pp.

[2] González Alicia, Una lectura epistemológica del Trabajo Social, Editorial Universidad Nacional de Rosario, 1995, 6pp.

[3] González Alicia, Una lectura epistemológica del Trabajo Social, Editorial Universidad Nacional de Rosario, 1995, 11pp.

[4] González Alicia, Una lectura epistemológica del Trabajo Social, Editorial Universidad Nacional de Rosario, 1995, 12pp.

3 comentarios:

  1. Hola Daniela ¿cómo estas?
    encuentro que tu articulo tiene un muy buen enfoque, y comprendo lo complicado que fue hacer este articulo con las tematicas de metodo y metodologia que son temas pesados y dificiles de comprender.
    Al igual que tu pienso es necesario tener un enfoque teorico y un paradigma que guie nuestro accionar profesional.
    saludos afectuosos
    génesis quiroz

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  2. Daniela un artículo ordenado, que da cuenta de una elaboración respecto a la metodología de TS.
    Hay interesantes relacione sen el artículo que identifica las etapas de la historia y la forma en que se ha desarrollado la metodología.
    Llegas ala actualidad identificando las características actuales.
    Bien
    Evaluación 6.2

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  3. Daniela no aparece el tercer artículo
    Atte
    Julia Cerda

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